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Siempre me hablaste claro, ahora supe que era yo quien no queria escuchar. De tus últimas palabras todavia me acuerdo porque me transpasaron el cuerpo. Me diste a entender que no quedaba nada más, que no querias nada más, que la historia no se iba a repetir. Pero ya debo de estar acostumbrada, a que todo me salga mal. Y como diria yo... ninguno de mis cuentos, ninguno de mis textos tienen final feliz, entonces ¿Por qué cambiaria la cosa?. Si vos no eras mi principe, y yo nunca fui una princesa, no debe existir final feliz.